domingo, 22 de octubre de 2006

Llovizna...





.


llovizna –

que amable al venir de tan lejos,

el cartero



.

Al fin!

El correo ha llegado

pronto la fruta madura caerá


(Santoka)

.
Santoka parece insinuar que hay una carta para él, pero no podemos tener certeza absoluta de ello, pues las posibilidades de interpretarlos son múltiples, en esa ambigüedad en la que Santoka, mantiene en tensión sus haiku. (Carlos Fleitas)

Escupitajos...


mañana helada.

en la fría acera,

escupitajos.

.

(buk)

Solo otra vez...


solo otra vez

un avión vuela al sur

otro hacia el norte

.

(il.balan)

La media luna...


Torre de cristal.

Entre sus dos antenas

la media luna.

Se va calmando…


Noche en la plaza...

El tráfico en la calle

se va calmando…

A media noche…


Sonido de agua

de toldos sobre toldos

a media noche…

domingo, 15 de octubre de 2006

Caqui maduro...

.

Trajo el correo

Comió un caqui maduro

Y partió


(Santoka)


Santoka nos deja deliberadamente en una atmósfera de ambigüedad, sosteniéndose el haiku en una cuerda floja. ¿Recibió una carta o el correo no era para él? La última línea es magistral, el eje del haiku. Partió. Resumen de su desazón. El cartero parte. El mundo se aleja de él, pero no como ejemplificación de la impermanencia, sino como paradigma de su aislamiento y auto-marginación impuesta por las circunstancias que le han tocado vivir. (Carlos Fleitas)

Sólo la lluvia...


només la pluja

en meitat de la nit

olor d'asfalt

.

(buk)

Viento...


viento -

al mendigo lo siguen

perros callejeros

.

(il.balan)

Flores violetas…


Camino solo…

Me encuentro en la cuneta

flores violetas…

Anegadas de lodo...


Lluvias intensas…

Anegadas de lodo

mis pocas cosas…

Halo blanco...


Noche nublada...

En la luna saliente

un halo blanco…

jueves, 12 de octubre de 2006

Sólo mariposas...


.


Hoy nuevamente

Ninguna carta

Sólo mariposas

.

(Santoka)
.

Santoka en lo profundo de sí añora compañía, una señal del otro que lo recuerde, que lo tenga por existente, que de alguna manera lo rescate. Parece esperar la carta que nunca llega, de allí que en muchos de sus haiku mencione al cartero. (Carlos Fleitas)

Sombras...


En el ocaso

las sombras van cubriendo

mi cuerpo solo.

Gotas...


Con cada gota,

este polvo amarillo

se pone rojo…

Lentamente...


Amanecer…

En la plaza clarea

muy lentamente…

Lluvia de invierno



Lluvia de invierno

La gente ha sido tan amable

Mis ojos se llenan de lágrimas

.

(Santoka)

.

Santoka no parece esperar ningún gesto del otro salvo la caridad. Pero cuando en raras ocasiones alguien va mas allá de ello, se emociona hasta las lágrimas y recurre al contraste y a la analogía: Lluvia-lagrimas; Invierno- amabilidad, llevando al haiku a una complejidad y a una cumbre expresiva como muy pocos lo han logrado en la historia del género. Pues aquí el cosmos parece un espejo de él mismo, o él mismo un espejo del cosmos. ¿Acaso no es esta la mente iluminada? ¿El gran despertar? (Carlos Fleitas)

Sin luna...


Noche sin luna…

Sonido de las hojas

sobre la acera…

Solo en la acera…


Solo en la acera…

Cada vez que me duermo

nombran su nombre…

Días sin lluvia...


Días sin lluvia...

Cubre un polvo amarillo

toda la acera...

lunes, 9 de octubre de 2006

No esperando cosa alguna...


La luna aparece

No esperando cosa alguna

.

(Santoka)


Santoka se identifica con la luna, pues no espera a nadie, es decir no espera que nadie venga a él, acepta su karma como anotó una vez en su diario. (Carlos Fleitas).

Una libélula...




Kasa ni tombo o tomarasete

araku

.

Camino

Dejando posarse en mi kasa

una libélula

(Santoka traducido por Carlos Fleitas)

.

Al andar, las libélulas

se van posando en mi sombrero de junco

(Santoka traducido por

Vicente haya & Hiroko Tsuji)



En su tránsito terrestre, Santoka admite ser el soporte de la vida en su manifestación más encumbrada y humilde. Imagen que muestra la vocación de fraternidad, de mera convivencia, con las criaturas de la naturaleza, propia de un corazón atormentado aunque generoso, pacífico y sencillo. (Carlos Fleitas)

Me voy a dormir...


Dejando entrar la luna

En mi dormitorio

Me voy a dormir


(Santoka)

En Santoka, el grillo, el viento, la montaña, la nieve no son objeto de inspiración en sí, ni tienen una esencia propia en cuanto a su posibilidad de generar o mostrar acontecimientos que sirvan de inspiración a un haiku que de cuenta de ellos llevándolos a un primer plano, como por ejemplo lo son en Issa o en otros grandes maestros.

Sólo adquieren existencia en virtud de ser una presencia que lo acompañan como en este haiku, no exento de un delicado lirismo y refinada elegancia, uno de los más bellos que a mi juicio escribió, pues recrea la totalidad del cosmos en una serena apoteosis de comunión con la Creación. (Carlos Fleitas)

Sin enturbiarse...


Tras tantas lluvias,

corre el agua en la calle

sin enturbiarse…

Lluvia en la acera...

Lluvia en la acera...

Esta noche el portal

aún más estrecho...

Llanto infantil...

Suenan las gotas

sobre estos cartones...

Llanto infantil...

domingo, 8 de octubre de 2006

La nieve, en la nieve cayendo...





En la nieve, en la nieve cayendo
En este silencio
Yo estoy.

(Santoka)

Sólo está presente un silencio quizás agobiante, donde nadie lo acompaña, salvo el frío de la nieve, elemento simbólico continuamente presente en sus haiku. Es allí donde mora, en lo que parece un desierto del alma. El mundo es por momentos para Santoka, desolación. (Carlos Fleitas).

Caminando...

Cada quien,
caminando por su cuenta,
Nieve cayendo
(Santoka)

En este otro, parece ir más allá de su propia circunstancia para mostrar un destino propio del ser humano, que es el que quizás en última instancia, todos compartimos. (Carlos Fleitas)

Almuerzo compartido...

Aplanando la hierba –
Comiendo un almuerzo compartido
Recorriendo nuestros caminos separados
(Santoka)

No hay modo alguno de compartir la vida, de comunicarse, pues Santoka muestra su imposibilidad de tender un puente hacia un otro, y con ello retrata su tragedia íntima, como en este haiku cuando comparte la comida con otro vagabundo. (Carlos Fleitas)

Risas de niños...

Otra mañana…
Desde el parque lejano
risas de niños.

Suave lluvizna…

Suave lluvizna…
Al avanzar los carros
sus huellas secas...

Sus cartones...

Atardecer…
El anciano se acerca,
a sus cartones…

Tosiendo...


Tosiendo, tosiendo –
Y nadie para palmear mi espalda.
.
(Santoka)
.
El frío del invierno llega hasta el corazón, el frío de la ausencia del cuidado y la presencia humana. (Carlos Fleitas)

Noche larga...

La larga noche
vuelta aún más larga
por el ladrido de un perro
.
(Santoka)
.
El tiempo pasa lentamente, prolongando su desazón. Ante Santoka la noche, que parece no terminar nunca. Lugar donde probablemente su soledad se acrecienta y en donde lo asaltan los recuerdos dolorosos, los fantasmas del pasado. (Carlos Fleitas)

Mi hijo...

Inesperadamente
Imágenes de mi hijo
El llanto del alcaudón
.
(Santoka)
.
Santoka incluye dolorosas imágenes personales que lo asaltan, como la que ejemplifica el siguiente haiku, donde desplaza su llanto al de un pájaro-el alcaudón- siendo del caso aclarar que se casó y tuvo un hijo, pero su matrimonio fracasó y abandonó a su esposa y al niño. (Carlos Fleitas)

Nube gris...

La nube gris
tapando al sol un rato…
Tarde sin brisa...

Una niña...

Pasa una niña
con la mirada ausente…
y el paso lento…

Gotas de lluvia...

Viejo indigente…
Frías gotas de lluvia
en sus pestañas….

Un viento triste...



Despertando de una borrachera
Un viento triste
Soplando
.
(Santoka)

Triste y helado viento...

Un triste y helado viento
Hombre comiendo
Caballo comiendo
.
(Santoka)
.
Santoka desplaza su estado de ánimo sobre las características del viento, para mostrar una separatidad absoluta, en este caso con un animal. Están allí juntos pero sólo hermanados por lo que están haciendo y no por alguna forma de interacción mutua. Y es del caso señalar una nueva metáfora: “triste viento”... (Carlos Fleitas)


De isla en isla...

Frio primaveral
Cruzo de isla en isla
.
(Santoka)
.
Es habitual en Santoka utilizar analogías para describir el mundo en el que habita (Kokan), entre las cuales se destacan la nieve, el viento helado, el frío, para dar cuenta de su estado de ánimo, como en este haiku, donde llamativamente aparece una posible metáfora, isla, en una concepción que se opone radicalmente a los versos de John Donne. (Carlos Fleitas)

Paso cebra...

Un paso cebra…
La mujer indigente
pasa cojeando…

Soledad...

Luna y estrellas,
grillos, ranas y aullidos…
En soledad…

Subiendo...

Subiendo lento
bajo el intenso sol…
La brisa fría…

martes, 3 de octubre de 2006

El fuego...


En Go-chu la nieve esta cayendo
Estoy solo
Cuidando el fuego

(Santoka)

En este haiku magistral, Santoka opone el frío de la nieve, que es el frío de su soledad con el fuego que cuida, pues es el que le da el calor que añora y a la vez la compañía que anhela... (Carlos Fleitas)


Cantando...

Solo
Pasando la azada
Cantando una canción

(Santoka)


Nubes...

Cielo de otoño
Nubes flotando
Volviéndome solo
(Santoka)

La noche...

Aún me rodea
el silencio de la noche,
y es mediodía.

Brisa...

Anocheciendo…
Sopla la brisa fría,
contra mi espalda…

Desde la acera...

Mirando el cielo
sentado en esta acera…
¡Cuantas estrellas!

domingo, 1 de octubre de 2006

Sin dientes...


Sin dinero, sin posesiones
Sin dientes
Totalmente a solas
(Santoka)

Un cuervo...

El graznido de un cuervo
Yo también estoy solo

(Santoka)


La luna...

Mirando la luna
ocultarse
Estoy a solas

(Santoka)

Goteo...

Goteo lento…
y el canto de un insecto…
Noche sin luna.

El viento...

Golpea el viento
el vidrio de una ventana…
Trinar de pájaros…

Sobre esta acera...

Sobre esta acera
hoy llovizna en silencio…
Sopla la brisa...